Esta serie parte de los recuerdos que mantengo de la dramática desaparición de mi abuelo. No lo conocí, pero siempre estuvo presente gracias a una fotografía de su boda con mi abuela y la ropa que vistió ella el resto de su vida. Casi siempre fué de riguroso luto, hasta sus últimos años, que la cambió por la de alivio, a menudo con pequeños lunares blancos o grises. Así surge la idea. Tomando como referencia las fotos de marineros desaparecidos que me dejan sus familiares, realizo una trama de agujeros sobre la tapa de una caja de madera. En su interior introduzco la tela negra y las pongo al sol durante varios meses. Poco a poco, el tinte negro del tejido se degrada y se va dibujando, con motivos de lunares, de alivio, el retrato.